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jueves, 14 de abril de 2016

EL CAMINO DE DIANA PRINCE II

Segunda Parte: De oscura teniente secretaria a dueña de una boutique “a go go” Por Patricio López Tobares La llegada de Ross Andru y Mike Espósito a los dibujos de Wonder Woman abren una nueva era en las aventuras de la princesa amazona (Wonder Woman 98, junio 1958). Y cambios radicales. En principio, un nuevo origen. Simplificado, básico, sin vuelo creativo. El peor origen que se imprimió en toda la historia de la princesa amazona (no voy a ahondar demasiado en detalles, para ello, lo publicaré completo, y así cada uno puede sacar sus propias conclusiones.) Wonder Woman asume la identidad de Diana Prince, en la segunda historia del número 99 de julio 1958, titulada Top Secret. En ella, la amazona, para poder estar cerca de Steve Trevor, se postula en una serie de pruebas, para ser la asistente. Diana Prince ahora tiene un leve toque de “modernidad”: el pelo suelto, y un par de gafas con terminación en punta, bien al estilo de finales de los 50s.
Gran parte de la etapa Kanigher-Andru-Esposito, es anodina, sin imaginación, plagada de lugares comunes (son insoportables los cursis “diálogos amorosos” entre Steve y Wonder Woman que se suceden todos los episodios, con el denso pedido de matrimonio de Steve a Diana, en cada capítulo, con ella contestando siempre lo mismo: “No puedo casarme mientras haya crimen que combatir”).
Los desatinos de esa época llegan a su punto máximo con la introducción de la Wonder Family: Hippolyte, Wonder Woman, Wonder Girl y Wonder Tot. Quizá a muchos les pueden parecer simpáticas esas historias, es cuestión de gustos. Con el despliegue familiar, la figura de Diana Prince queda reducida a dos viñetas por episodio, si es que aparece. Esa etapa culminaría con un giro argumental insólito y audaz. Mezclando realidad y ficción, aparecen los editores de la revista tomando la decisión de “despedir” a los personajes de la silver age, y darle paso nuevamente a los de la Golden Age a pedido del público, que supuestamente está realizando manifestaciones para que eso suceda. Es un epílogo llamado Final del Principio en el Wonder Woman 158. En el 159 se recrearía el origen de la Golden age retomando también el estilo de dibujos de Harry Peter. Esta situación duraría sólo seis números, en el 165 ya retomarían el estilo anterior (eso sí, sin familia anexa).
Los finales de la década del 60 son tiempos convulsionados, repletos de cambios sociales, bisagras en la historia del mundo moderno. En esos cambios, Wonder Woman no quedaría indiferente. Atrapada en un estilo antiguo, caída de las ventas, el personaje parecía destinado a desaparecer. En una jugada absolutamente audaz, el equipo creativo, ahora con Dennis O’Neil como escritor, y Mike Sekowski en los dibujos, comienza un cambio que sería radical. La primera en “transformarse” es Diana Prince. Wonder Woman 178 de septiembre de 1968, Diana para investigar pruebas que permitan defender a Steve que está preso, cambia su look, lo moderniza, viste ropas modernas y coloridas (cabe aclarar que es el primer número en el que Diana Prince protagoniza una portada).
Tanto le gusta, que decide adoptarlo. Pero el gran cambio es en el 179. Diana es convocada por su madre a la Isla, para comunicarle que deben trasladarse a otra dimensión para recuperar fuerzas e inmortalidad. Diana elige no ir. Por lo cual es despojada de sus poderes. Así regresa como una mujer normal. Conoce a un maestro de artes marciales, I Ching, que será su maestro y compañero de aventuras. Para completar lo radical, Steve Trevor, en el número 180, es asesinado por los secuaces de la Dra. Ciber.
Así, Diana, sin poderes, sin amor, dueña de una boutique, comienza aventuras al mejor estilo Emma Peel de Los Vengadores. La etapa, interesantísima, rica en lo argumental y visual, de un estilo propio y particular, es muy duradera. Serán cinco años de aventuras sin poderes. Hasta el número 204 de 1973. Allí I Ching es asesinado, Diana pierde la memoria, regresa a la Isla Paraíso, y recupera sus poderes (pero no le restauran la memoria de Steve Trevor). Vuelve a Nueva York y se emplea Diana Prince como traductora en la ONU. Pero esto será transitorio. Está por comenzar una nueva etapa. Definitoria. De esas que quedan grabadas en la historia. CONTINUARA EN LA TERCERA PARTE: De agente en la ONU a astronauta, y luego Mayor de la Marina.

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