Todas las imágenes son copyright de DC comics, sus respectivos autores y licenciatarios. Se incluyen a modo de ilustración del cuerpo teórico.

viernes, 15 de marzo de 2019

Cacería y Hoguera

Cacería y hoguera por Patricio López Tobares. Algo que no debe volver a suceder y que ocurrió en la "tierra de la libertad". La posguerra norteamericana fue una auténtica cacería (y obviaremos el tema político partidario que es parte de historia profunda). En Estados Unidos los comics eran un medio de expresión interclase, intergeneracional e incluso interracial desde que comenzaron a publicarse en los periódicos hacia 1895. Pronto se hizo muy raro el diario que no publicaba un suplemento con historietas que leía toda la familia. La consecuencia es que el cómic se convirtió en un vehículo de ideologías donde predominaban la caricatura, la sátira y la irreverencia, siendo sus primeros protagonistas personajes marginales, y sus autores dibujantes procedentes de revistas satíricas. Esta tendencia motivó que el comic contase con muchos detractores entre las clases dominantes que los contemplaban como un elemento desestabilizador, pertubardor e incluso antipatriótico, puesto sin recato alguno al alcance de los más jóvenes, así como de los sectores más desfavorecidos de la sociedad. Y no tardaron en convertirse en objeto de persecución –y forma de resistencia- sociopolítica.
A partir de 1948 en que un reverendo pidió recato en la vestimenta de las heroínas, más algunos senadores conservadores, y cómo broche de oro el libro Seducción del inocente del infame Dr.Wertham (del cuál escribiré en profundidad en otro post) acentuaron una persecución a los contenidos de los comics. Eso obligó a la industria a autocensurarse creando el Comic Code.
Las fotografías son de 1955, en Conneticut, las mujeres auxiliares de la American Legion, realizaban una campaña entre los jóvenes, para recolectar los comics "no limpios" para quemarlos públicamente. Las imágenes hablan por sí solas de un oscuro período, de censura y pasteurización de la historieta. Afortunadamente la industria resistió y evolucionó.

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