CRONICAS SUPERHEROICAS: EL NACIMIENTO DE CLARK KENT

EL NACIMIENTO DE CLARK KENT por Patricio López Tobares La idea de que Superman provenga de un mundo tan lejano liberó la imaginación de sus creadores. Una gran idea para equilibrar un personaje con demasiado poder, era proveerlo de una doble identidad. “Cuando era estudiante, de mayor quería ser periodista.”, recuerda Jerry Siegel. “Tuve algún que otro contacto con chicas muy atractivas que, o no sabían que yo existía o bien no les importaba. Algunas hasta parecía que deseaban que yo no existiera. Entonces se me ocurrió lo siguiente: ¿Qué pasaría si fuera realmente espectacular? ¿Qué pasaría si tuviera algo especial, como saltar por encima de varios edificios o lanzar coches a gran distancia? Tal vez así se darían cuenta de mi existencia. Aquella noche, con todas las ideas que me asaltaban, se me ocurrió que Superman podría tener una doble identidad y que en una de ellas sería gentil, amanerado, tímido, con anteojos…sería yo” continúa con el relato Jerry. En coincidencia, Joe Shuster era muy parecido a Siegel en cuando a un aspecto físico flacucho y desgarbado, pese a que va a un gimnasio desde hace tiempo para lograr tonicidad muscular. Recuerda Jerry: “Cómo Joe también era así, sus dibujos no estaban traduciendo mis guiones. No los estaba dibujando, los estaba sintiendo.”

Desde un principio Siegel y Shuster lo despojaron de cualquier elemento exótico. Ellos lo modelaron desde sí mismos, en forma casi masoquista (debido a sus propias historias); lo convirtieron en tímido, miope, de clase trabajadora y socialmente infame. Y le dieron buenas cualidades: inteligencia, integridad, empuje y conciencia social. El comentario social implícito sirvió, una vez más, para hacer que la omnipotencia fuera digna de ser amada, porque Superman asumió deliberadamente características que sabiamente entendían que eran admirables, pero que, sin embargo, lo harían indeseable entre los seres mortales. El disfraz de la mera bondad humana que ocultaba una bondad aún mayor era irónicamente perfecto: nadie imaginaba que el decente y torpe Clark Kent podría ser el infalible Superman.

Así trasladaban al papel, el ambiente adolescente que vivieron Jerry y Joe, que los maltrató y nunca los había aceptado del todo. El aspecto gráfico tenía un poco de todo: algo de la fisonomía de los propios Jerry y Joe, según palabras de Joe, un poco de Harold Llyod (el gran cómico del cine mudo),