Aquaman en nuestras vidas

En la semana de estreno de Aquaman. No creo exagerar que la generación que comenzamos a leer comics en los 70s y 80s teníamos en Aquaman un héroe favorito. Complemento regular en las Superman Novaro, podíamos leer las antiguas aventuras ilustradas por la gran Ramona Fradon y periodicamente las aventuras "actuales" que dibujaba el mítico Jim Aparo (mi primer "trauma" antes de la muerte de Iris Allen fue la muerte del hijo de Aquaman -Arthur Jr.- en manos de Black Manta).

Por supuesto que completábamos el seguimiento del Rey de los Mares con los cartoons de Filmation y los Super Amigos. Antes de la Crisis también disfrutamos una gran etapa en manos de Don Newton. Aquaman siempre estaba. No era del panteón menor. Miembro fundador de la Justice League of America terminó siendo su líder en sus años finales.

Para el público masivo es verdad (fuego avivado por los cortos de CN y las burlas de The Big Bang Theory y Robot Chicken) que Aquaman era un personaje menor y que daba risa. A nosotros no nos importaba, sabíamos positivamente quién era realmente. Hasta soportamos el traje azul de finales de los 80s. Ahora el estreno de la película, exitosísimo por cierto, convirtió a detractores en fanáticos de la primera hora (mismo efecto que ocurrió con Wonder Woman). No he visto todavía la película (lo haré el fin de semana y sé que no me va a defraudar). Quise en este posteo reflexionar y contar que Aquaman siempre estuvo en mi vida, cómo en la de tantos.